San Juan se ha consolidado como el principal productor de pistacho en Argentina, con un crecimiento sostenido que ha posicionado a la provincia en el mercado internacional. Lo que comenzó hace 25 años como una apuesta en tierras áridas hoy es una de las actividades agrícolas más prometedoras, con una proyección de expansión que continúa en ascenso.
El cultivo del pistacho, encontró en San Juan condiciones ideales para su desarrollo. De unas 500 hectáreas iniciales, la provincia ha pasado a contar con 6.000 hectáreas productivas y se espera alcanzar las 9.000 en los próximos cuatro años. La demanda creciente y el valor del fruto seco han impulsado la creación de empresas vinculadas a la cosecha y el mantenimiento de equipos, fortaleciendo el ecosistema productivo local.
El proceso de producción requiere paciencia, ya que el árbol de pistacho tarda años en dar sus primeros frutos. La cosecha inicial se obtiene a los cinco años del injerto, y la producción plena llega alrededor de la década, con un rendimiento promedio de 3.000 kilogramos por hectárea. En San Juan, la cosecha se realiza entre febrero y marzo, con variedades como Kerman y Perter, y la incorporación de Goldel Hill, Lost Hill y Kalenghouchi, destinadas al mercado de aperitivos.
Actualmente, el pistacho sanjuanino es reconocido como uno de los tres mejores del mundo, junto con los de Estados Unidos e Irán. Su comercialización ha crecido a nivel internacional, con exportaciones que en 2024 alcanzaron los 192.295 kilos netos, generando ingresos de 1,7 millones de dólares FOB. Brasil, Estados Unidos, España, Alemania, Italia, Chile, Rusia y Uruguay se encuentran entre los principales destinos.
El valor del pistacho en el mercado global es otro factor clave: con cáscara, su precio oscila entre 9 y 11 dólares por kilo, mientras que sin cáscara puede alcanzar entre 18 y 20 dólares. Con este panorama, San Juan no solo lidera la producción nacional, sino que también se perfila como un referente internacional en este cultivo de alto valor.