San Juan recibió a un grupo de importadores de Uruguay, Paraguay, Brasil, Colombia y Chile que llegaron atraídos por la diversidad y calidad de la producción local. Su visita, enmarcada en el Concurso Mario Solinas, no fue un simple recorrido turístico: las puertas de cuatro empresas sanjuaninas se abrieron para mostrar de cerca cómo se trabaja en la provincia.
El interés fue inmediato. Los pistachos, los vinos orgánicos, los tomates secos, los acetos balsámicos, las aceitunas y los aceites de oliva concentraron la atención de los compradores. Cada parada tuvo su propia impronta, pero lo que unió a todas fue la sorpresa ante el potencial exportador de San Juan.
En Pisté SRL, aun sin estar en temporada, los visitantes pudieron conocer el proceso productivo del pistacho y entender por qué la demanda internacional supera a la oferta. Uruguay fue el país que más rápido marcó el terreno, con negociaciones avanzadas junto a Marcelo Ighani, dueño de la firma.
En Fabril Alto Verde, la impresión llegó de la mano de la certificación orgánica de los vinos. Uno de los compradores más importantes de Brasil destacó este atributo y lo consideró clave para nuevos negocios.
Donn Arleti aportó la nota distintiva con sus tomates secos y aceto balsámico, productos que se elaboran con un cuidado artesanal que los visitantes no dejaron pasar por alto.
El cierre fue en Mat SRL, con una propuesta innovadora: aceitunas tipo californianas que fermentan durante los 40 días de viaje a Estados Unidos y llegan listas para ser fraccionadas. Los aceites de oliva varietales de la firma también despertaron elogios.
Más allá de la agenda oficial, lo que quedó fue una sensación compartida: el sector agroindustrial sanjuanino tiene la calidad, la variedad y la capacidad para conquistar mercados. El optimismo por lo que viene se notó en cada conversación privada entre empresarios y visitantes.