La mina Veladero, avanza con su compromiso ambiental mediante un proceso de desmantelamiento responsable de su antiguo campamento de construcción, una iniciativa que busca reducir residuos y aprovechar recursos bajo los principios de la economía circular.
El campamento fue construido en 2004 para alojar a unos 2.500 trabajadores durante la etapa inicial de la mina. Estaba compuesto por aproximadamente 500 módulos habitacionales, además de otras instalaciones. Hoy, después de una evaluación ambiental, se decidió desmontarlo cuidadosamente para reutilizar lo que aún está en condiciones. Hasta ahora, el 100% de los módulos recuperados puede ser reutilizado.
De esos módulos, 18 fueron donados a familias damnificadas por el temporal en Jáchal, otros 16 al Ministerio de Salud de San Juan para ser usados como postas sanitarias, y 90 fueron subastados a empresas de distintos puntos del país, que se encargarán de trasladarlos y darles una nueva función.
La gerenta de Medioambiente de Veladero, Cecilia Besednjak, explicó que esta decisión busca evitar la generación de residuos y, al mismo tiempo, darle un nuevo valor a la infraestructura ya existente: “En lugar de demoler el campamento, decidimos desmantelarlo cuidadosamente. Esto transforma un pasivo en un activo útil para la comunidad y la empresa”.
El proyecto forma parte del plan de cierre progresivo de la mina y ya permitió recuperar 1,15 de las 2,5 hectáreas del terreno. Las tareas estuvieron a cargo de la empresa sanjuanina FeyRo, que empleó a 20 trabajadores de Iglesia.
Pero los módulos no son lo único que se recicla. Veladero también gestiona otros materiales con fines sostenibles. Los plásticos, por ejemplo, son enviados a la empresa Reciclados Plásticos SRL en Pocito, que los transforma en pellets para fabricar mangueras, macetas y bolsas. Cada mes se estima enviar entre 15.000 y 20.000 kilos de este tipo de residuos.
En cuanto a los neumáticos, ya se reciclaron 1.389 toneladas a través de INDRAM, empresa ubicada en el Parque de Tecnologías Industriales de Rivadavia. Allí los convierten en pellets que luego se utilizan en asfaltos o campos deportivos.
A su vez, se han derivado 165 toneladas de cartón, plásticos y geomembranas al predio de tratamiento de residuos del municipio de Iglesia, sumando valor a la gestión ambiental local.
También se impulsan alianzas para dar nueva vida a metales como el manganeso y el acero. En conjunto con ACSCA, se reciclaron casi mil toneladas de manganeso para fabricar repuestos industriales. Y junto a TECK, se produjeron más de 200 nuevas piezas con residuos de acero.
“Estas acciones muestran que una mina, incluso cuando está cerrando etapas, puede seguir generando valor y aportar soluciones reales, sostenibles y solidarias”, señaló Besednjak.
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