Lo bueno: el mercado respondió y todas las salidas desde Argentina de los barcos de Costa salieron “sin un camarote libre”, marcando plena ocupación y -además- muy buen consumo a bordo, la otra parte de la ecuación de ingresos.
En la industria de la hospitalidad en general (y de los cruceros en particular) una cama (un asiento, un camarote) no usado no se puede guardar para vender luego y es un ingreso perdido. Por eso, lo primero es llenar el lugar (el avión, el barco).
Una vez arriba, los productos y servicios añadidos suman (y definen) la rentabilidad que aporta cada pasajero al esquema.
De lado de los ingresos, la temporada de Costa en Argentina (con el Costa Favolosa y el enorme Costa Diadema) fue muy buena. Pero…
Del otro lado de los ingresos están los gastos y ahí el “costo argentino” pesa. Y mucho. El ingreso de un barco a puerto cuesta en Argentina 6 veces más (sí, 6 veces más en dólares) que la operación en un puerto europeo y eso rompe cualquier esquema de negocios, explica Fernando Joselevich, Country manager Argentina & Latam en Costa Crociere S.p.A.
Como referencia, el ingreso de un barco al puerto de Buenos Aires puede rondar 6 veces más el costo en un puerto intrenacional (que no es barato, ronda los US$ 80.000) y eso es un limitante en dos sentidos:
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Para la temporada 25/26 que inicia en diciembre de este año volverán los Costa Favolosa y Costa Diadema, pero con menos recaladas (paradas), es decir, con menos operación y menos camarotes disponibles.
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Estos altos costos -además- impiden que la industria de los cruceros explore tener salidas durante todo el año en el país.
“En Australia (con un clima similar al de Argentina) hay cruceros todo el año pero aquí el costo de uso de muelle y las tasas que nos cobran (algunas duplicadas) hacen imposible la ecuación”, explica Joselevich.
La gente de Costa está con diálogo abierto con las autoridades nacionales para facilitar y desburocratizar las operaciones, pero hay temas complejos de resolver. “La hidrovía -que viene de una licitación fallida- es un tema clave para todos y -para los cruceros- también es importante recalibrar el pago por volumen que en los barcos de pasajeros no debería tener el mismo tratamiento que en los de carga”, explica Joselevich.
-¿No es imposible tener grandes cruceros todo el año? -pregutamos.
-No, ¿por qué? Quizás al principio podemos empezar con una temporada más larga que diciembre - marzo y avanzar a servicios durante 8 meses. El mercado posiblemente lo convalide, pero no con estos costos.
-¿De cada 10 cruceristas, cuántos son recurrentes y cuántos nuevos consumidores de la categoría?
-Todavía no tengo los números de la temporada en curso, pero mi estimación es 6 recurrentes y 4 nuevos. En los últimos años cambió muchísimo el consumidor y se sumaron más jóvenes.
-¿Después de AMBA, cuál es el principal mercado?
-Córdoba, por lejos. Tenemos un representante ahí (Tristán Bentancourt), al igual que en Santa Fe y Bahía Blanca.
-Ah… escuché que hay una salida especial para la próxima temporada con temática musical y sello cordobés…
-Algo hay, es verdad, pero para mí un negocio está cerrado cuando el dinero ingresó al banco (risas).
Qué es Costa Cruceros hoy
Costa Cruceros es una empresa italiana, con sede en Génova, y parte de Carnival Corporation & plc, el grupo de cruceros más grande del mundo. Durante más de 75 años, los barcos de Costa han navegado los mares del mundo, llevando a los huéspedes a más de 200 destinos diferentes, para ser descubiertos a través de experiencias únicas tanto a bordo como en tierra.
Actualmente, la flota de Costa consta de 9 barcos, todos con bandera italiana, que navegan por el Mediterráneo, el norte de Europa, el Caribe, Centroamérica, Sudamérica y los Emiratos Árabes Unidos, además de ofrecer “Cruceros Vuelta al Mundo” y “Grandes Cruceros,” para visitar diferentes continentes en las mismas vacaciones.
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